SAMKHYA y YOGA por Heinrich Zimmer - parte 1

1. KAPILA y PATAÑJALI



Pasaremos ahora a las filosofías Sāmkhya y Yoga, que en la India se consideran como gemelas, como dos aspectos de una sola disciplina. El Sāmkhya ofrece una exposición teórica fundamental de la naturaleza humana, enumerando y definiendo sus elementos, analizando la forma en que colaboran entre sí en el estado de atadura (bandha) y describiendo su estado cuando están desembarazados o separados en la liberación (moksha). Por su parte, el Yoga trata concretamente la dinámica del proceso de separación y bosqueja las técnicas prácticas para obtener la liberación o “aislamiento integración” (kaivalya). Como dice la Bhagavad-GītāLa gente pueril y sin instrucción habla del “conocimiento enumerativo”: (sāmkhya) y de la “práctica de la concentración” (yoga) como si fueran dos cosas distintas; pero cualquiera que conoce bien una de ellas cosecha el fruto de ambas. El estado alcanzado por los que siguen el camino del conocimiento enumerativo es también alcanzado por los ejercicios de la concentración introvertida. Ve realmente quien considera que la actitud intelectual del conocimiento enumerativo y la práctica de la concentración son la misma cosa. En otras palabras, ambos sistemas se complementan recíprocamente y conducen a idéntico fin. 

Las principales concepciones de este sistema dual son: 1) que el universo se funda en una insoluble dicotomía de “mónadas vitales, (purusha) y “materia” inanimada (prakriti), 2) que la “materia” (prakriti), aunque fundamentalmente simple, se expresa o manifiesta en tres aspectos diferenciados (llamados guna) comparables a las tres hebras de una cuerda, y 3) que cada una de las “mónadas vitales (purusha) asociadas a la “materia” (prakriti) están comprometidas en la esclavitud de una incesante “ronda de transmigración” (samsāra). 

Estas ideas no pertenecen al tronco original de la tradición brahmánica védica. Por otra parte, tampoco encontramos en las enseñanzas fundamentales del Sāmkhya y del Yoga ninguna indicación referente a esos dioses olímpicos que están por encima de las vicisitudes de la esclavitud terrena, como en el panteón védico. Ambas ideologías tienen orígenes diferentes: el Sāmkhya y el Yoga se relacionan con el sistema mecánico de los jaina que, como hemos visto, puede remontarse, en parte por la historia y en parte por la leyenda, a través de una larga serie de Tīrtháṅkara, hasta una remota antigüedad india aborigen, no védica. Por consiguiente las ideas fundamentales del Sāmkhya y del Yoga tienen que ser inmensamente antiguas. Sin embargo, no aparecen en ninguno de los textos ortodoxos indios hasta una fecha relativamente tardía: en las capas más recientes de las Upanishad y en la Bhagavad-Gītā, en las que ya están mezcladas y armonizadas con las ideas fundamentales de la filosofía védica. Después de una larga historia de firme resistencia, la mentalidad brahmánica esotérica y exclusivista de los invasores arios se abrió fácilmente y recibió sugerencias e influjos de la civilización nativa. Como resultado, ambas tradiciones se unieron y, con el tiempo, produjeron los majestuosos sistemas armónicos del pensamiento indio medieval y contemporáneo. 

Se dice que el Sāmkhya fue fundado por un santo semimítico, Kapila, que se encuentra aparte de la tradicional congregación de santos y sabios védicos, como un iluminado por derecho propio. Aunque no desempeña en el mito o en la leyenda india un papel tan destacado como el de otros grandes filósofos, su milagroso poder está reconocido en un célebre episodio del Mahābhārata. Esta obra dice que los sesenta mil hijos de cierto Cakravartin llamado “Océano” (Sagara) iban cabalgando como guardia armada del caballo de sacrificio de su padre, que vagaba por los reinos de la tierra durante su simbólico año solar de victoriosa libertad. De pronto, con gran dolor de toda la guardia, el caballo desapareció ante sus mismos ojos. Los hombres se pusieron a cavar en el lugar en que había desaparecido y, finalmente, a mucha profundidad, en pleno mundo subterráneo, lo encontraron con un santo que meditaba a su lado. Excesivamente afanados por recobrar el animal sagrado de cuya custodia eran responsables, los jóvenes guerreros no prestaron atención al santo —que no era otro que Kapila — y no le hicieron el homenaje que tradicionalmente debe rendirse a un religioso, a raíz de lo cual los redujo a cenizas con un relámpago de su mirada. 

Esta aventura revela el poder solar del sabio. Su nombre, Kapila, que significa “el Rojo”, es un epíteto del sol, así como de Vishnu. A juzgar por su influencia en el período del Mahāvīra y el Buddha, tiene que haber vivido antes del siglo VI a. C., pero los textos clásicos del sistema filosófico que se dice haber fundado pertenecen a una fecha muy posterior. La importante Sāmkhya-kārikā de Īśvarakrishna fue escrita durante la mitad del siglo V d. C., en tanto que el Sāmkhya-sūtra, obra que tradicionalmente se atribuye a Kapila mismo, no puede ser fechada antes de 1380-1450 después de Cristo. 

En cuanto al Yoga, la fecha de los clásicos Yoga-sūtra de Patañjali es objeto de muchas controversias. Aunque los tres primeros libros de este tratado fundamental pueden pertenecer al siglo II a. C., el cuarto es aparentemente posterior, pues contiene material que parece referirse al pensamiento budista tardío. En consecuencia, este libro, el último del tratado, ha sido atribuido al siglo V de nuestra era; pero la discusión aún no ha concluido. De cualquier modo, los cuatro libros de los Yoga-sūtra de Patánjali, junto con su muy antiguo comentario, (el Yoga-sūtra, que se atribuye a Vyāsa, el legendario poeta-sabio del Mahābhārata), deben contarse entre las obras de prosa filosófica más notables del mundo. Se destacan no solo por su contenido sino también, particularmente, por su exposición maravillosamente clara, concisa, sobria y flexible. 

Tenemos pocos datos acerca de Patánjali, y lo poco que sabemos es legendario y está lleno de contradicciones. Por ejemplo: unos lo identifican con el gramático del mismo nombre autor del “Gran comentario” (Mahābhāshya) a la “Glosa crítica” (Vārttika) que Kātyāyana hizo a la Gramática sánscrita de Pānini; pero otros afirman que son dos personas diferentes. Además se lo considera como una encarnación del dios serpiente Śeṣa, que rodea y sostiene el universo en forma de Océano cósmico. Los eruditos occidentales lo sitúan en el siglo II a. C., pero el sistema cuya fundación se le atribuye existió sin duda siglos antes.


- Fuente: "Filosofías de la India" de Heinrich Zimmer

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